Uno anda ya curtido en mil batallas cinematográficas, hemos visto amputaciones, decapitaciones, torturas, vejaciones, violaciones, pero basta un solo esbozo de la realidad para venirse abajo y llorar como un niño otra vez.
Viene esto al caso porque el otro día vi en la tele un reportaje sobre la guerra en la ex-Yugoslavia. Dios, qué imágenes. Y éramos nosotros: nuestro tiempo, nuestra cultura, nuestros vecinos, nuestra manera de vestir, nuestros coches, nuestras casas... y no era una película.
Deberías visitar Berlín. Aún están reconstruyéndola. Impresiona mucho ver algunos edificios que quedaron destruidos hace 60 años y que aún no han restaurado. De hecho, algunos los conservan así a propósito, como homenaje/recuerdo. Estos días que nosotros estuvimos en Colonia vimos, en las tiendas de postales, algunas fotografías de cuando la guerra, con el puente partido en pedazos sobre el río, o los edificios y la estación de tren bombardeados. Valen que no son tanto de "nuestro tiempo", pero jue, se le encoge a una el alma.
ResponderEliminarQueda apuntado Berlín en la lista de paseos pendientes.
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